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OJOS DE AGUJA - crónica testimonial -

Ayer tuve una reunión de trabajo con una persona a la que recién conocía y que me hizo pensar. Era una señora inglesa de aproximadamente 50 años, anteojos y una personalidad pausada y tranquila. Tenía que explicarle algunas cosas así que empecé a hablar mirándola a las ojos, pero a la mitad de mi 'discurso' me empecé a distraer. Seguí hablando, pero no logré concentrarme. Me está haciendo 'la mueca' pensé. Sonreí y volví a empezar lo que estaba diciendo, pero para mi mala suerte, 'la mueca' con cara de señora y anteojos me seguía mirando.

'La mueca' la defino como la cara que algunos ingleses ponen cuando te escuchan hablar o mejor dicho cuando escuchan hablar a 'tu acento'. Consiste en ojos que están tratando de insertar hilo en una aguja, entrecerrados y muy concentrados, la cara suspendida en el tiempo y la boca entreabierta. Lo peor de 'la mueca' es que esos ojos de aguja te miran fijamente la boca y te das cuenta que están haciendo un esfuerzo tremendo para entender lo que está saliendo de tu boca. A pesar de ser su idioma parece que necesitan traducción simultánea. Hace tiempo que no veía a 'la mueca' y me había olvidado lo rara que me hace sentir, la última vez que la ví fue el año pasado en la cara de Elizabeth.

Elizabeth es una chica inglesa que conocí en la maestría. Ella era muy cerrada y reservada, pero poco a poco me dejó entrar más en su vida y nos volvimos más cercanas. Yo sólo tenía un problema con ella. Después de conocerla por más de dos años me seguía haciendo por momentos 'la mueca'. Lo peor es que sólo la hacía cuando hablaba conmigo, en clase o con ningún inglés la hacía. Al sentir sus ojos en mis palabras hacía un esfuerzo para que mi acento no sea tan 'acentuado', pero ella seguía mirando mi boca cuando hablaba. Un día sentí que nuestra amistad ya había llegado a un punto donde podía preguntarle qué onda con su mueca. Pensé que la siguiente vez que la mueca diera señales de vida sería el momento de tomar cartas en el asunto. Al poco tiempo nos fuimos por un café. Dicho y hecho, en un momento estoy hablando y los ojos de Elizabeth se empiezan a entrecerrar y en cuestión de segundos la mueca me mira. Pensé en bajar la cara, mirarla a los ojos y decirle "Elizabeth! Oh...Hello! I'm right here" para que me mire a los ojos y no a la boca. Pero, dada su timidez opté por no hacerlo. En vez dije, "Mira Elizabeth, quiero preguntarte algo que espero no te moleste, pero hace tiempo que...etc." Su cara empezó a transformarse, pero la mueca seguía intacta. Si hay algo que reconocerle a 'la mueca' es su vehemencia. Finalmente, le pregunté a Elizabeth si ella entendía mi inglés o si aún le costaba trabajo entender mi acento. Me dijo que mi inglés era muy bueno y que no creía tener problemas con mi acento. ¿Por qué Valeria? No me dejó otra opción que contarle acerca de 'la mueca'.

Y cual escena de Underground: ¡¡CATASTROPHE!!

La mueca se convirtió en algo peor. Le dio verguenza y no entendió mucho, así que el resto de la tarde se la pasó tratando conscientemente de evitar la mueca lo cual originó la post- mueca. Ahora los ojos de aguja que querían mirarme la boca me miraban el pelo, las manos, las cejas y toda su cara se movía en lo que parecía ser un tic nervioso. Se le veía tan incómoda que no seguí preguntando, a pesar que tenía muchas interrogantes en mi cabeza y la pesada sensación que por mi curiosidad ahora la post-mueca me miraba con cara de Elizabeth.

La mueca sólo la he visto en algunos ingleses, los demás me entienden la mayoría de las veces y me miran a los ojos. Ahora pensaba que quizás hay ingleses que tienen mejor oído y que son mejores con los infinitos acentos que existen en Londres. Quizás tiene que ver con cuán expuestos están a los extranjeros que como yo hablan inglés, pero que no han dejado la musicalidad de sus idiomas. Sin ir más lejos, yo soy una extranjera que cuando llegó a Londres no había estado expuesta a ningún otro acento del idioma inglés salvo al americano. No era ni medianamente consciente de la cantidad de diferentes acentos que me iba a encontrar en esta ciudad.

Se podría decir que me vine con una buena base de inglés, pero pienso que no hay base suficiente para el aterrizaje. En medio de una reunión de trabajo cuando recién llegué tenía a sudafricanos, ingleses, australianos y escoceses hablándome en inglés y me preguntaba por momentos si todos estaban realmente hablando el mismo idioma. Me sentía en una película, pero sin la opción de poner subtítulos. Me pregunto si en ese momento no los habré mirado yo a todos con ojos de aguja tratando de descifrar las palabras que salían de sus bocas. Cuando me tocó hablar las palabras se me trabaron y tuve la sensación que regresaba al colegio a clase de inglés número 1 y que lo que salía de mi boca era: one, two, three, red, blue and dog. Salí de esa reunión con muchos menos años de los que entré porque para mí la incapacidad de expresarte de la manera en la que quieres te hace regresionar y te hace sentir muy vulnerable.

Lo paradójico es que no es sólo en la formalidad o en situaciones con léxicos elaborados y profundos que vives éstas regresiones, sino también en el simple, básico y cotidiano lenguaje.
La primera casa donde viví la compartí con una sudafricana y un australiano. Nunca me voy a olvidar el día que llegué a mi casa con energía suficiente para aspirar mi cuarto, pero no encontraba la aspiradora por ningún lado. Luego de buscarla en los lugares comunes voy al cuarto de mi flatmate (persona con la que compartes tu flat=departamento), le toco la puerta y cuando me abre le pregunto, "Have you seen the...the..?." No tenía la menor idea cómo se decía aspiradora en inglés así que no me quedó otra cosa que decirle que le iba a explicar con gestos lo que estaba buscando. Y sin más preámbulo me puse a crear aspiradoras ficticias haciendo ruidos y mímicas de niña pequeña o de adulta jugando charada. Ella sonreía y me miraba, cuando terminé mi numerito me dice: "Ah, the hoover". Le digo riendo, "Yes, the hoover". Me dice que la tiene en su cuarto porque acaba de aspirar, me la da y yo me voy a mi cuarto con la aspiradora y con una palabra nueva.

Y no sólo fue la aspiradora, de ahí siguió el colador, el trapo para limpiar el piso, la tabla para picar y miles de objetos de la vida cotidiana que requerían que yo los 'imite' porque no me sabía sus nombres en inglés. Felizmente mis flatmates se acostumbraron a mis imitaciones y se divertían con ellas. Lo más extraño era cuando después de hacer la mímica del colador me iba a la maestría y podía entender y discutir conceptos complicados y teorías densas en inglés. En la universidad podía ser una estudiante de maestría en Londres de 27 años y al llegar a mi casa convertirme en una niña de 3 años aprendiendo nuevas palabras haciendo ruidos y muecas. Estos cambios de 'edad' no los vivía en Lima, salvo cuando me ponía la nariz roja en un espacio seguro, lúdico y donde todos hablábamos el mismo idioma.

De hecho que el tiempo y la experiencia ayudan porque aprendes más palabras, afinas tus expresiones así como tu oído y desarrollas la capacidad de reirte contigo mismo y de perderle miedo al ridículo en inglés. Pero, seré sincera, hay días como hoy donde la mueca te mira con ojos de aguja y te provocaría congelar el tiempo para sacar tu costurero y ponerle un dedal a tu vulnerabilidad.

Comentarios

  1. Geniaaaaaaaaaaaaaaaaaal!!!!
    No sabes como me he reido Vale!!
    Conozco esa mirada de aguja maldita!!
    Me la hacen cantidad!! jaja
    Malditos!!! Y la peor es la de: tu ingles es perfecto! Mentira!! Nos mienten!!!! jajaja
    Ese dedal suena bien, como hariamos??
    xxx Malena

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  2. Lo mas gracioso es que despues de años uno sigue en las mismas....esta bueno el post.

    Un abrazo

    Francois

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  3. Jajajaja! Me encanta!!!!
    Ahora, la gran pregunta es si has vuelto a ver a Elizabeth desde aquél histórico día?????... Por que yo no! Creo que nunca pensó ser tan obvia en su dificultad y quedó 'curada' de intentar relacionarse con non-native speakers... al menos por el momento.
    Es un hecho que hay gente que tiene el oído más sensible, pero probablemente eso es un reflejo más de su tolerancia o no- hacia las diferencias.
    elena xxx

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  4. Malena, Francois...Es verdad que siguen pasando los años y seguimos siendo mirados por las mismas caras de agujas. Malena, si encuentro dedal compro dos.

    La respuesta mi querida Ele es que a Elizabeth tampoco la volví a ver!. Creo que como dices es una combinación de oído, tolerancia y creo también curiosidad por escuchar 'músicas' nuevas.

    Besos.

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  5. GENIAL Valeee
    si conocere a la mueca!!
    mueca mala que ha logrado inhibirme en mas de una ocasionn grrr

    teneme al tanto de tus proximos post - me encanta esto de leer lo que yo tambien pense que pensaba...

    BESOSS

    Ana (Paula De Carlo)
    : )

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  6. Gracias Ana Paula!!! Te mantendré al tanto.

    Besos!

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  7. Vale:
    Me has hecho reir mucho... sobre todo la parte de la post-mueca!! jajajajajajaja!!!! me ecanta leerte y asi nos ponerme al tanto de tu vida Londinense! continua por favor!!
    Un besote y que todo te siga saliendo lindo!!!
    Caro

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  8. Gracias Caro...Continuaré escribiendo y tú leyendo entonces!

    Besos!

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  9. La mirada de aguja genera inseguridad: Ya son varias las veces en las que luego de percibir una mirada de aguja me siento desorientada y dudo si lo que he estado diciendo es entendible. Entonces, lo que he hecho un par de veces es interrumpir mi discurso y preguntar "does the word I just used exist?" A veces descubro que lo que hablaba si era inglés, pero a veces descubro que efectivamente estaba inventando palabras...

    ¡Muy bueno! Vale, le has encontrado el nombre a un fenómeno importante en la vida del inmigrante.

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  10. Andre!...Yo también me he encontrado en más de una ocasión inventado palabras o usando palabras en español, pero con "acentuation". A seguir encontrando nombres a los fenómenos entonces!

    Besos!

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  11. "esos ojos de aguja que te miran", jajaja!!! qué chistosa pero muy efectiva tu explicación de las dificultades del idioma... te juro que fue con si te viera haciendo la mímica de la aspiradora... muy hilarante!! jaja!!

    besos valeloka!!

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  12. Estimada Valeria, mi nombre es Roberto y vivo en Perth, Western Australia. He estado leyendo tus post antiguos y la verdad es que tus historias son bien graciosas.....je,je,je....sobre todo aquella en donde te negaron la visa para ir a visitar a tu amiga.....bueno, yo ya estoy por completar mi tiempo de residencia aqui en Australia para luego convertirme en ciudadano Australiano (soy de Lima) y pueda viajar a London sin ningun inconveniente. Perth es la puerta de entrada para todos los europeos que vienen a Australia. Manda tu direccion y te envio una postal desde aqui. Saludos de tu seguidor: Roberto Jimenez Vela desde Perth, Western Australia.

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