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EL CHANCAY - auto | ficción -

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VALICHA - testimonial -

A mi me llamaron Valeria por el huayno Valicha. Yo nací en Lima, pero a los días nos fuimos a Cusco porque mis papás y mi hermano mayor vivían ahí. Pasé mis primeros 4 años en esta ciudad y de ahí nos mudamos a Lima. Siempre que vuelvo voy a visitar la casa donde viví. Me gusta caminar por la calle, llegar al portón y mirar entre los huequitos el jardín donde seguramente di mis primeros pasos y empecé a hablar. Me gusta imaginar a mis papás, a mi hermano y a mí juntos en una ciudad tan especial. A veces quiero tocar la puerta y ver si puedo entrar, pero creo que prefiero quedarme con las imágenes e historias propias.  La calle se llama Pumacurco (Lomo de Puma) y es una calle en subida así que siempre llego con el corazón acelerado✨

LA CHIMENEA PRENDIDA - crónica testimonial -

Era el 2008 y tenía tres años viviendo en Londres cuando me recomendaron que fuera a ver esta obra. Sin saber de qué trataba compré mi entrada. Se presentaba en el National Theatre y había sido escrita por una mujer llamada Joan Didion que hasta ese momento no conocía. El día de la función llegué temprano. Siempre me gusta llegar con tiempo a los teatros y a los aeropuertos, así me preparo con calma para el viaje. Cuando dieron segunda llamada entré a la sala. Mi asiento quedaba en sexta fila de platea. Agarré el programa de mano y leí el título que estaba a punto de quedarse en mí para siempre: “El año del pensamiento mágico” Una voz femenina con un fuerte acento inglés anunció la tercera llamada y la sala empezó a oscurecerse. Después de unos segundos se prendió una luz en el escenario y apareció Vanessa Redgrave sentada en una silla de madera. No había escenografía. Solo una silla, una mesa de madera chica que tenía un vaso de agua, y Vanessa sentada mirándonos en silencio. Ella est

EN UNA CAMILLA - crónica testimonial -

Hace algunos años tuve una pequeña intervención al útero. Nada grave, pero sí requería anestesia general. El anestesista, un señor de 50 años aprox, se presentó, me contó cómo sería el proceso de la anestesia y me la empezó a poner. Para que me vaya relajando me preguntó por mi vida, y de alguna forma llegamos a que yo había vivido en Londres. Luego, me preguntó si era mamá, le respondí que no y al final me dijo: “Uuuy, cuidado, que se te está pasando el tren”. No le pude responder porque me hizo efecto la anestesia. Me levanté con muchas preguntas. ¿Por qué este doctor siente que tiene el derecho de opinar así de la vida de una mujer que no conoce? ¿Por qué además en plena operación al útero? ¿Qué implica la frase “se te está pasando el tren”, y que normalmente nos la dicen a las mujeres?. Cuál TREN me pregunto. ¿El tren de la maternidad? ¿El tren de lo que se espera de una mujer? ¿Acaso cada mujer no conduce su propio tren? . Hace algunos años congelé mis óvulos. Todo estaba listo pa

EL TREN POR LA MITAD - auto | ficción -

Camila llegó a la estación de tren de Euston un 28 de agosto en un día frío, pero soleado. Llevaba una chompa turquesa, una mochila gris, y una maleta antigua. Compró un ticket para viajar a Lewes, donde empezaría su nueva vida. No había desayunado así que fue a buscar un sándwich de queso y tomate para comer en el camino. Se acercó a un puesto chiquito y cuando abrió su billetera encontró las libras esterlinas que su hermano Eduardo le había dado. Señaló lo que quería, pagó, se metió el sándwich a la mochila y se paró en la plataforma a esperar su tren. El tren empezó a entrar en la estación y una vez que paró por completo se abrieron las puertas. Camila se puso a un costado para que la gente salga y después entró.  El tren tenía las paredes descoloridas y las puertas se demoraban en abrir. Camila sintió un olor a café. No sabía dónde poner su maleta hasta que vio un lugar designado para maletas y la puso ahí. Se sentó, abrió su mochila y sacó un cuaderno espiralado rojo donde tenía a

PARA JOSEFINA - auto | ficción -

Cuando leas esto tendrás once años y habrá llegado el momento de contarte lo que sé. Ahora tienes seis y es muy pronto. Primero tienes que creer, como lo haces ahora, y luego alguna amiga te dirá que no existe y dejarás de creer. Eso seguro te pondrá triste y ocurrirá en algún momento entre tus seis y once años. Quizás ese día te metas a tu cuarto que ya no compartirás con tus hermanos y cierres tu puerta. Quizás te cuestiones por qué creíste y te decepciones de los adultos. Quizás te sientes en tu cama con edredón turquesa y abras el cajón de tu mesa de noche.  En ese cajón estará esta carta esperándote. Antes de empezar te recomiendo que les digas a tus papás que estarás ocupada porque lo que te voy a contar, Jose, es un secreto entre sobrina y tía.  Cuando yo era niña también creí en el conejo de pascua. Mis abuelos, los papás de tu Mamama, nos invitaban los domingos de pascua a todos los nietos a su casa para encontrar los huevos que el conejo dejaba. Como tú, yo iba con mi canasta

DESORDEN - testimonial -

Esta semana empecé mi curso/entrenamiento de teatro y performance (ver Hasta Llegar ) en 'Central School of Speech and Drama' y la única palabra que se me viene a la cabeza luego de esos 5 días de introducciones y clases es 'intenso'. Pensé en escribir un post largo acerca del inicio del curso y de algunos temas relacionados a este, pero no he tenido el espacio mental ni el tiempo para hacerlo. Creo que mis ideas no están suficientemente ordenadas como para poder escribir un post como los que usualmente escribo que tienen tema, inicio, mitad y final. ¿Qué decidí? Abrir mi blog y escribir nomás. Quizás ya es tiempo de que este blog sea también desordenado. O caótico. O de la vida diaria. O todas las anteriores. Al fin de cuentas los inicios de procesos creativos -o los inicios en general- son caóticos, desordenados y generador de toda clase de nervios. Qué aburrido sería si el primer día de ensayos de una obra o de una creación colectiva los actores supieran exactame

HASTA LLEGAR

El 6 Marzo del 2005 llegué a Londres por primera vez. Vine para la entrevista de mi maestría que preferí hacerla en persona para conocer la ciudad en la que en caso me acepten me mudaría por dos años y medio mínimo. Era un Domingo y me acuerdo que al abrirse las puertas del aeropuerto de Gatwick me di cuenta que el viaje había empezado.  Me vine por diez días, pero no me quedé en Londres sino en Lewes, un pueblito al sur de Inglaterra, con una amiga inglesa llamada Emma a la que conocí en Urubamba. Ella se quedó en mi casa cuando estuvo en Lima y me ofreció su casa en Lewes para cuando yo venga. En Febrero del 2005 le mandé mis fechas de la entrevista y las coordinaciones empezaron. Llegó Marzo y el momento de embarcarse. Por correo me mandó toda la información de cómo llegar del aeropuerto de Gatwick a Lewes. Era un tren directo y ella estaría en la estación de Lewes para recogerme. Me advirtió que lo mejor era tomar el tren de las 9:30am porque iba directo a Lewes y no paraba como

UN DIBUJO Y UNA SONRISA

Hoy una niña de 5 años se pasó un buen tiempo sentada al costado mío. Estaba dibujando algo, pero no me decía qué era. Me dijo que no podía ver, que era una sorpresa. Luego, me mostró el dibujo terminado: Detalle: Me dijo "Valeria...it's you, happy, taking your dog for a walk". (Eres tú, contenta, sacando a tu perro a dar una vuelta) Me sacó una sonrisa enorme el dibujo. Le conté que mi hermana tiene un perro que se llama Toto y que mi hermano tiene un perro que se llama Tajo y que pienso mucho en todos. Ví el dibujo con más detalle y le dije que el perro que ella había dibujado parecía una mezcla de Toto y Tajo. Le gustó la idea y empezamos a pensar en maneras de mezclar los dos nombres. No tengo brazos en el dibujo, pero al parecer mi pelo cumple sus funciones. Le dije que intentaré siempre tener tremenda sonrisa y me dijo que le parecía una buena idea. Seguro Toto y Tajo piensan lo mismo.

ENTRE MANOS

Hoy estaba pensando... ¿Habrá llegado el momento de comprarme una balanza? En mi casa en Lima siempre había una en el baño, pero desde que vivo en Londres nunca he comprado ni tenido una. Han pasado casi cinco años y me pregunto si es momento de tener una balanza en casa. No es un tema de peso. No estoy preocupada por cuánto peso y no me peso todos los días -ni todas las semanas. A pesar que a veces el peso es o ha sido un tema -sobre todo algunos Domingos- la razón por la que me pregunto si debería comprar una balanza es otra. En el trabajo hay una balanza un tanto escondida. La balanza vive en un cuartito blanco donde convive con una camilla, una mesa, dos sillas y catálogos con información diversa. De cuando en cuando me provoca pesarme y organizo visitas a este cuarto. Mis visitas son muy cortas y secretas. No porque sienta la necesidad de esconderme para pesarme, sino porque no existe razón/excusa alguna para que yo entre a ese cuarto. Esa balanza no es para los que trabajamos ah

NO TIME TO SAY "HELLO", "GOOD BYE"

Hoy me fui a Tesco (súper mercado) a comprar algunas cosas que me faltaban en la refrigeradora. Llego, agarro la canasta y la empiezo a llenar. Cuando estoy lista para pagar me acuerdo que me falta mostaza Dijon así que vuelvo en su búsqueda. La encuentro en la parte baja de un estante, me arrodillo, la agarro y la pongo en mi canasta. Me quedo arrodillada mirando mi canasta tratando de pensar si me falta algo más. A veces voy al súper mercado porque me falta leche y regreso a mi casa con cosas muy interesantes, pero sin leche. Hago el esfuerzo de pensar si me falta algo, pero no se me ocurre nada así que decido ir a pagar. Me incorporo, pero a la hora de voltear para caminar un tipo enorme con latas de frijoles en la mano se me empotra. Sin mirarnos, tanto él como yo decimos: "Sorry!". El hombre desaparece con sus frijoles y yo me quedo hablando sola: "¡No!...El falso 'Sorry!' otra vez! Él se nos empotró, sólo le tocaba decirlo a él". Me fui a pagar y lle